martes, 9 de diciembre de 2008

La antropización salvaje


















Es evidente que no tenemos remedio, el dicho de que "poderoso caballero es D. dinero" sigue martirizando a los que añoramos lugares tranquilos lejos del mundanal ruido.


Digo esto por la tremenda destrucción de uno de los últimos rincones que quedaban "sin alterar" en la costa alicantina. Me refiero en concreto a la zona del Morro de Toix y barranco del Mascarat.


Los que hemos conocido esta zona desde hace 30 años hemos podido disfrutar de una de las vistas más espectaculares del acantilado de Toix en solitario, hoy en día nos acompañan en la visión cientos de apartamentos de ávidos turistas y residentes que gozan eso sí de una vista privilegiada a costa de la destrucción de un entorno natural que otrora fue sensacional.


Lo más grave es que no se puede achacar tamaño despropósito al boom turístico de los años 60 - 70, sino que este atropello es de ahora mismo (últimos 5 a 10 años) y todavía quedan bloques sin terminar.


No nos queda otra cosa que aguantar y pensar que en un pasado no muy lejano (no hace falta irse al Cuaternario antiguo) se pudo disfrutar de la naturaleza tal cual.















2 comentarios:

Sorokin dijo...

Querido Troglo. Impresionado me he quedado por la descipción que have vosté de la agresión urbanística al barranco de Toix. La verdad es que no sé donde está ni el barranco ni el Mascarat. Ni sé si todavía, a pesar de la "antropización", merece la pena hacerle una fugaz visita. Tal vez la próxima vez que pase por la millor terreta del món. Pero, dígame, ¿dónde está?

Troglo dijo...

Pues la verdad Sr. Sorokin es que para el que no lo conociera antes, todavía le puede causar cierta impresión, sobre todo el acantilado de Toix.
Está un poco escondido pero se llega por la carretera nacional entre Altea y Calpe (dirección Calpe) pasado el puerto deportivo Marina Greenwich y antes de entrar en los túneles del Mascarat.